El primer ministro británico se ha disculpado por estos hechos que se consideran la mayor negligencia médica del país.
Un informe sobre el escándalo de la sangre infectada de VIH en el Reino Unido durante las décadas de los años 70 y 80 del siglo pasado ha puesto de manifiesto una serie de fallos cometidos por «sucesivos gobiernos» y profesionales de la medicina británicos.
Se cree que unas 3.000 personas murieron al infectarse de VIH y hepatitis por transfusiones de sangre durante lo que se considera el error más mortífero en el Servicio Nacional de Salud británico (NHS) desde su creación en 1948.
Según la investigación, la magnitud de lo ocurrido fue «espeluznante» y causó «un nivel de sufrimiento difícil de comprender».
«Todas las pruebas apuntan a la conclusión ineludible de que los niños y los adultos no fueron tratados de forma que se diera prioridad a su seguridad por encima de otras consideraciones», declaró Sir Brain Langstaff, ex juez que presidió la investigación, al presentar el informe el lunes.
Euro News